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Mostrando entradas de enero, 2018

"Mi novia"

Casi seguro que muchos vais a estar incluidos en lo que a continuación voy a describir. Si es así, permitidme que os regañe un poco. La cuestión es que estoy harta de que cada vez que alguien vaya a contar algo que hizo con su pareja, o algo relacionado con ésta, supriman su nombre. ¿Acaso al entrar en una relación romántica sus nombres se esfuman y dejan de ser alguien? ¿O es que en realidad se llaman "Minovia" y "Minovio"? Solo decidle por su nombre. Si alguien no sabe que es vuestra pareja, simplemente aclararlo la primera vez, que con una, basta. Pero no exprimáis el "mi novia" y el "mi novio". Lo marcáis como una propiedad, como algo vuestro, cuando todos somos libres en este mundo. Y aunque la quieras de verdad, se nota bastante la diferencia de alguien que de verdad valora a su compañer@ al 100%, porque también conozco a gente que llaman a su pareja en una conversación sobre ella, por su nombre, como debe ser. Y su respeto por ell...

Sed conscientes.

Sed conscientes de que no somos los seres más inteligentes del universo ( ¡ ni de lejos ! ). Sed conscientes, de que no estamos solos. Umm...Esa última frase...Ya sabéis por dónde voy a tirar, ¿verdad? En efecto: aliens. Extraterrestres. Los visitantes, como bien los llama Íker Jiménez. Primero, esta entrada, ¿a qué viene? Pues viene a que hoy, en el descanso de la mañana, unos compañeros y yo estábamos viendo por youtube al exministro de defensa afirmar que existían los extraterrestres, y que después de escuchar todo lo que dijo, un compañero (el cual es una incógnita para mi porque parece que no le inquieta nada en esta vida) va y salta con: "eso es mentira". Lo peor es que lo dijo en serio. Vamos a ver. ¿Por qué dices eso así, de gratis, sin fundamento alguno? Primero pregúntate si un EXMINISTRO mentiría o no públicamente con ese tema, jugándose toda su persona ante millones. Que todo es debatible, pero decir algo, por ¡ ea, lo voy a soltar ! sin sentido......

El libro de Dalas: La Tinta, más allá de la magia

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Hoy voy a analizaros el primer libro que me he leído en este año 2018. No tan a mi pesar como os creéis, el libro que me he bebido ha sido ¡el de Dalas! No, yo no lo compré, fue un regalo. Y como los regalos, así como una aparentemente buena historia, no se deben despreciar, me acabé las 400 páginas en menos de dos semanas. Mi conclusión: no está mal. No es una magnífica obra literaria (porque hasta yo le he visto un par de errores en la forma de expresar una frase), ni tan original como aparenta (después os digo por qué), pero os digo una cosa: estoy por comprarme el segundo libro. Aunque lo realmente bueno y enganchante de la historia está concentrado en los últimos capítulos, se trata de un mundo en el que ya estoy metida de alguna forma, y no puedo tolerar no saber qué va a pasar a continuación. Así que, sin sentirlo en absoluto, aparcando que se trata de Dalas (como para no darse cuenta de que es él quien lo ha escrito, ya os contaré más abajo), en cuanto salga el se...

Belleza delante de ti

No tenía ni idea de lo que me estaba contando. Bueno, alguna idea sí que tenía: algún rollo de su novio por el que tenía que desahogarse. Pero yo, más bien poco interesada, asentía, sin escucharla. Estábamos las dos sentadas en una mesa del Telepizza, pero para mí, no estaba en ninguna parte, porque no podía apartar la mirada de sus ojos. Andaba perdida en ese universo cristalino con matices verdes y pequeños filamentos marrones. Eran como las canicas más bonitas que podías comprar en el súper para fardar de niño en el recreo (al menos, hace unos años). Los ojos de mi amiga son preciosos. Grandes, y juguetones con los colores. ¿No son los ojos lo más bonito de algunas personas? Pero por mucho que me gusten las pupilas de mi amiga, hace unos meses conocí a un chico que se lleva el premio a los ojos más auténticamente hermosos que jamás vi. Eran relucientes. Eran poderosos. Eran de un auténtico color azul unificado que quitaban el sentido. Unos orbes de un color profundo sublimes. Si b...