Los personajes grises


Después de un tiempo sin escribir, he decidido volver para hablar sobre mis personajes preferidos y que más de una vez pasan desapercibido injustamente: los denominados personajes grises.

Suponiendo que los blancos son los buenos, y los negros son los malos...¿Qué son los personajes grises?

Para mí, son aquellos que aparecen en la historia, pero cuentan con una ajena a la principal, una historia que a veces no se cuenta en la serie, película o libro, porque él no es el protagonista y no importa tanto su mundo individual. Y a pesar de esto, tienen un papel fundamental ahí donde aparecen. A la vez, ellos van por cuenta propia, o por conveniencia, porque, como ya he dicho, ellos tienen su propia historia, una incluso mejor que la del héroe o villano.

Casi siempre, los personajes grises son mejores que los propios protagonistas de la aventura. Esto es así. Se pueden sacar muchos más valores o enseñanzas de ellos que del heroico y básico personaje que soluciona el conflicto de la trama porque es su misión y está creado para eso (lo cual no sería posible sin los personajes grises, que en la mayoría de los casos ayudan directa o indirectamente).

Un ejemplo de esto, es el gran conocido y difunto profesor Severus Snape, de la saga Harry Potter. Me parece que es el ejemplo ideal: un hombre que actúa a cuenta propia, con una profunda historia que contar, pero que el espectador no sabe hasta los últimos momentos de toda la saga. Después de su adolescencia, él ha hecho lo que le ha dado la gana, uniéndose al bando oscuro y posiblemente asesinando a personas. Entonces, sí se le podría considerar un villano (un villano por debajo del villano principal). Pero después, viene cuando asesinan a su amor aún habiendo intentado protegerlo, se da cuenta de lo que ha estado haciendo, se arrepiente, y muere intentando proteger aquello que quiere, o mejor dicho, que le queda de ello (en este caso, la única semilla que puede recordarle al lirio). Todo esto con una sola personalidad tosca, que desagrada tanto al público como a los demás personajes con los que comparte escena. Y, ¡vaya por Dios! ¡Resulta que aquellos tantos años, estuvo siendo manipulado por el que se supone que es uno de los personajes blancos! Ya sabéis, aquel que le pidió proteger al chico, con el único fin de tenerlo vivo para cuando Ya-sabéis-quién deba matarlo...Así que cambian las tornas y algunas personas, asombradas, invierten los papeles entre el personaje blanco y él, llegando incluso a detestar al primero.

Madre mía, que comedero de cabeza, ¿no? ¿Qué pasa con Severus? ¿Dónde queda? ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Actuaba a su propio afán?

Sí, sí y sí.

Y así son los personajes grises. Los más realistas. Los que son como tú o como yo. Los que son personas normales con ideas propias y, sobre todo, cometen errores.

Otro ejemplo distinto: aquel personaje gris que resulta protagonista.
Sí, también pueden ser protagonistas. Miren a Sheldon Cooper, de The Big Ban Theory. Tiene sus momentos enternecedores, pero su lema es que, mientras él esté bien, todo está bien. No le importan los demás e ignora sus problemas (algunas veces se ríe de ellos en su cara). Es cierto que tiene una mejoría hacia el lado blanco en lo que avanza la serie, pero apenas es apreciable. Egoísta, incomprendido, escaso de empatía y sensibilidad. Y aún así, fijáos lo mucho que lo quiere la gente.

En realidad, los personajes grises suelen gustar, ya sea de manera objetiva, o porque tienen algo con lo que sentirse identificado.

Yo siempre he pensado que los personajes grises deben de ser más valorados dentro de la propia historia. Qué mejor, ser ellos siempre los protagonistas.
No es justo que muchas veces sean tapados por los personajes planos de los principales, que ya nos conocemos todos. En cambio, ellos sí tienen una profundidad interesante, una chispa que intriga y llega al espectador. ¿No estáis de acuerdo? La verdad es que yo a veces me enfado sola, al ver cómo se les dejan de lado. Me acuerdo que la primera vez que me pasó fue a los quince años, con un anime. Ikuto, un personaje llenísimo de intensidad enigmática, tapado por la niñata cursi de pelo rosa que nada viene a interesar. ¿No sería mucho mejor si él hubiera sido el protagonista? No sé si entendéis a qué me refiero. La típica colegiala que se enamora del típico chico guapo, ante un muchacho que calla su dolor, y aún así tiene carisma. Sin duda, al personaje peliazul se le podía sacar mucho más juego.

Y esto de los personajes grises va mucho más allá. Me refiero a que, detrás de los villanos hay una historia que no es contada y a la que deben su actitud. Seguramente, muchos fueron personajes grises en su tiempo. Maléfica, por ejemplo. La malvada que acaba salvando a la buena del cuento. ¿La llamarías villana? ¿De verdad?

En fin, dejaremos el tema de los villanos para otra ocasión.


¿Te definirías como un personaje gris dentro de tu vida? Enhorabuena, vales mucho. 


Vivan los personajes grises.


AM.

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